Cuando hablamos de delicias nos referimos a un Petit Verdot. Sin lugar a dudas este no es la excepción, un vino jugoso y potente en entrada, que genera una sensación tánica bien particular. Un vino que no tiene limites a la hora de combinar potencia con frutosidad. Una acidez más empinada, un tanino medio-alto y con una notoria fruta roja que te hace vibrar.
- 14% alcohol.
- 16 meses de crianza en barricas de roble.
- Acompaña muy bien charcutería, quesos maduros, platos condimentados y frituras.